Autobiografía…
Mi nombre es Ana María Ayala Arboleda y mi historia de vida
comienza en 1994…
Para ésta época del 94, mi padres ya habrían cumplido 5 años de matrimonio y mi hermano mayor cumplía 2 años. Todo empezó por un deseo de mi madre de tener una niña, al cual sin refutar mi padre accedió, después de unos 40 días de dicha decisión, mi madre se dio cuenta que estaba en embarazo… A medida que iban pasando los meses, ella comenzó a notar ciertos cambios que le dieron a entender que dicho ser concebido en su vientre, sería una niña (aún no entiendo, cómo hacen para suponerlo)… Se llegó la noche del 21 de Julio, para ésta fecha ya se cumplían 9 meses de desarrollo del feto, ella se hizo el baño tradicional con hierbas, (Para relajas la pelvis)…
A eso de las 12 de la madrugada del 22 de Julio mi madre inició el trabajo de parto, dándome a luz a las 7:55 de la mañana. Mi tía Margarita fue la primera en recibirme.
Me convertí en la niña de los ojos de mi padre. Como mis padres siempre trabajaban, la tía nina como suelo llamarla, me crió hasta los 3 años (en aquella casa donde los animales abundaban, perros, gatos, conejos, pájaros), este fue el tiempo en el cual viví en Itagüí, es más aún recuerdo una terrible experiencia, en aquella casa detrás del cementerio.
Para ésta época del 94, mi padres ya habrían cumplido 5 años de matrimonio y mi hermano mayor cumplía 2 años. Todo empezó por un deseo de mi madre de tener una niña, al cual sin refutar mi padre accedió, después de unos 40 días de dicha decisión, mi madre se dio cuenta que estaba en embarazo… A medida que iban pasando los meses, ella comenzó a notar ciertos cambios que le dieron a entender que dicho ser concebido en su vientre, sería una niña (aún no entiendo, cómo hacen para suponerlo)… Se llegó la noche del 21 de Julio, para ésta fecha ya se cumplían 9 meses de desarrollo del feto, ella se hizo el baño tradicional con hierbas, (Para relajas la pelvis)…
A eso de las 12 de la madrugada del 22 de Julio mi madre inició el trabajo de parto, dándome a luz a las 7:55 de la mañana. Mi tía Margarita fue la primera en recibirme.
Me convertí en la niña de los ojos de mi padre. Como mis padres siempre trabajaban, la tía nina como suelo llamarla, me crió hasta los 3 años (en aquella casa donde los animales abundaban, perros, gatos, conejos, pájaros), este fue el tiempo en el cual viví en Itagüí, es más aún recuerdo una terrible experiencia, en aquella casa detrás del cementerio.
Cuando tenía unos 4 años, nos pasamos a vivir a Envigado, en
un barrio llamado San José la estatua, allí es donde he vivido casi todas las experiencias
de mi vida, rodeada de mis 15 primos, 14 hombres y sólo una mujer… Es bastante
bonita mi forma de crianza, pues así estuviera siempre con hombres, nunca perdí
mi feminidad, ni mi forma de ser; lo más gracioso es que mis primos, dejaban a
veces sus balones y carros, por jugar muñecas o peluches conmigo. Mi infancia
debo decir, fue muy satisfactoria y feliz. En esa casa aprendí muchas cosas de
las que no me retracto, como ser autónoma desde muy pequeña, responsable, conservadora…
y otras experiencias curiosas, como son, los primeros besos, sensaciones,
fiestas, pijamadas… Siempre he tenido animales de toda clase, desde el gatito,
hasta lagartos…
Durante estas épocas también se dió el divorcio de mis
padres, situación que marcó durante mucho tiempo mi vida… A causa de esto, mi
madre decidió mudarse conmigo y mi hermano de casa… y así es como ahora vivo en
el barrio el Dorado, en un confortable apartamento.
Recuerdo bien la época del colegio, donde uno soñaba con el
muchachito lindo de la clase, criticaba y amenazaba con soplarle cosas a la
profesora. Desde siempre con problemas en las matemáticas, cómo no recordar mi
primer refuerzo, que fue en 3cer grado. Después de la escuelita en la que todos
jurábamos estar siempre unidos, llegó el bachillerato, un lugar totalmente
nuevo y extraño para mí, pues allí uno debía aprender a ser más independiente y
no pegarse de a mucho a sus amiguitos de primaria, además se te sumaban
materias que en la vida pensaste que existían. Tuve como 20 mejores amigas
diferentes en cada año, unas se iban, otras cambiaban y con otras simplemente
nos dejábamos de hablar. Los mejores años en los que estuve, fueron noveno,
décimo y once, pues allí conocí a los que ahora son mis mejores amigos. Once,
año en el que uno se siente el putas del colegio, disque llegando al final de
la cima… Recuerdo muy bien que era de las que me juntaba con todo tipo de
gente, menos con los que consideraba del común. Mi parche principalmente era
con los nerds, hablando de call of duty, WOW, computadores, libros, comics… capábamos
clase cada que podíamos, jugando plantas versus zombies en el auditorio del
colegio, sí, aunque no lo crean teníamos la llave y nunca se dieron cuenta. El
PROM, fue una cosa de locos, todo el mundo bailando, olvidándose de esos
prejuicios de “éste es el estúpido, ésta la fácil, éste el nerd…”, en fin
disfruté demasiado bailando la macarena. La graduación fue algo tan normal para
mí, creo que uno llega a independizarse tanto, que ese montón de fiestas al
final, te resultan dando igual.
También he tenido mis épocas entregadas al arte, cuando
tenía como unos 8 años, estudié con mucha pasión pintura, me encantaba pintar
al óleo… Luego muchos años después como en el 2010 comencé clases de guitarra,
hasta septiembre del 2011.
Y esto fue un pequeño resumen de los que ha sido el
recorrido de mi vida.